RETRATOS DE MUJERES 163
vecho para ellos. Entre todos los que brillan hoy, pero diseminados y sin lazos de unión, acaso ella hubiese sido esta unión, el hogar comunicativo y caliente en el que se habrían comprendido y prendido los unos en los otros y se habrían perfeccionado. ¡Oh, si Madama de Staél hubiese vivido, admirativa y sinceramente amante como era! ¡Cómo habría buscado la compañía de esa mujer de ta- lento eminente con quien yo no quiero compararla toda- vía! ¡Cómo, en ciertos momentos de severidad de los falsos moralistas, al día siguiente de la aparición de Lelia, habría ido en busca del autor rebosando ternura e indul- gencia. Delfina sola entre todas las mujeres fué a sen- tarse al lado de Madama de R... En lugar de la banal curiosidad, o de maliciosas alabanzas, cómo habría estre- chado francamente contra su corazón a este genio más artista que ella, pero hasta ahora menos filosófico, menos creyente, con menos clarividencia en asuntos políticos! ¡Cómo ella le habría hecho amar la vida y la gloria! ¡Cómo le habría hablado elocuentemente de la clemencia del cielo y de una cierta belleza del universo que no existe para ate- morizar al hombre, sino para predecirle mejores días! ¡Có- mo le habría aplaudido y animado hacia inspiraciones más serenas! ¡Oh, tú que la opinión proclama como la primera en literatura, después de Madama de Staél, tú sientes, yo lo sé, hacia ella, una admiración en la que hay un profun- do agradecimiento por todo aquello que ella haría que- rido hacer por ti y que habría hecho! Habrá siempre en tu gloria un primer nudo que te une a la suya?.
Mayo, 1835.
1 Se comprende bien que se trata de Madama Sand. Desde hace trein= ta años que este estudio sobre Madama de Staél apareció se han publi. cado muchos trabajos y documentos que han hecho la luz en muchas cosas. Me contentaré con indicar el artículo Madama de Staél, embajado- ra, de Geoffroy, en la Revue des deux Mondes en 1% de noviembre de 1856, el volumen titulado Coppet y Wéimar, publicado por M. Lemormand en 1862, la obra que tiene por título La Condesa de Albany y la recopila- ción de Cartas inéditas de Sismondi publicada por M. Saint-René Taillan- dier en 1862 y 1863.