RETRATOS DE MUJERES 119
llenos de detalles precisos y atinados. Cuando defiende a Homero contra Ossian, le cuesta trabajo el triunfo, y en esta querella del Norte contra el Sur, se acuerda de que las poesías más melancólicas fueron compuestas hacía más de tres mil años por Job. Se detiene, aplazando, según dice, un amplio examen para cuando las cuestiones más inocentes no sean tratadas como negocios de Estado. Mas, me parece que era Madama de Staél quien debería que- jarse de que se tradujesen sus doctrinas filosóficas en opiniones facciosas. Los artículos de Fontanes tuvieron una gran resonancia y excitaron las pasiones más opues- tas. Madama Josefina Bonaparte se lo reprochó en oca- sión de encontrarle en Morfontaine, pero Bonaparte tomó nota del hábil escritor desde entonces para sus futuras empresas.
¿Es preciso, después de los artículos de Fontanes, citar trozos de Geoffroy que no hacen sino presentar las mis- mas ideas, con menos urbanidad maliciosa y con menos gracia mundana?
Al publicar la segunda edición del libro de La Litera- tura, que apareció seis meses después de la primera, Ma- dama de Staél intentó refutar lo dicho por Fontanes, y sacar la cuestión del embrolle de detalles en donde se hallaba envuelta. No se vengó personalmente del crítico más que citando con elogio el poema Día de difuntos en la campiña; pero protestando contra el falso bucn gusto que consiste en un estilo vulgar que cubre ideas n ás vul- gares aún: “Tal sistema —dice— arriesga menos ante la crítica. Estas frases conocidas desde hace mucho tiempo, son como los asiduos concurrentes a una casa: se les deja pasar sin preguntarles adónde van. Mas no existe ningún escritor elocuente o de grande pensamiento, cuyo estilo no
A AE . -Ceu dicitur olim
Mentis inops, castus hominum et vestigia viants,
Avia perlustrasse vagus loca Bellerophontes, Bellerofonte, con más derecho que Filoctea, es el René y el Oberman de la fábula griega,
