Página:Sainte-Beuve retratos de mujeres.djvu/106

Esta página no ha sido corregida

112 MADAMA DE STAÉL

nes desconocido a los antiguos. De este lado se declara su predilección por Ossian, por Werther, por Heloísa de Pope, la Julia de Rousseau y Amedaida en Tancredo. Los numerosos expertos en literatura griega muy contesta- bles por la ligereza de los detalles, coinciden en un punto de vista general que queda verdadero a través de los errores o insuficiencias. El carácter imponente, positivo, elocuentemente filosófico de la literatura latina está con firmeza trazado. Se siente que para escribir se ha diri- gido antes a Salustio o Cicerón, y que se ha unido a con- formidades existentes o posibles con la época contempo- ránea, con el genio heroico de Francia. La influencia del cristianismo sobre la sociedad, cuando la mezcla de los recién venidos bárbaros y los romanos degenerados, no es del todo desconocida; pero esta apreciación y este ho- menaje no salen de los términos filosóficos. Una idea nueva y fecunda, muy puesta en práctica en estos últimos tiempos, desarrollada por el sansimonismo y otros, -perte- nece de propiedad a Madama de Staél, y es que por la Revolución francesa hubo una verdadera invasión de bár- baros, pero al anterior de la sociedad, y que se trata de civilizar y de fundir la resultante, un poco embrollada todavía, con una ley de libertad y de igualdad. Se puede cómodamente hoy completar el pensamiento de Madama de Staél: fué la burguesía sola la que hizo la invasión en 1789; el pueblo bajo, que había abierto boquete en 18309, ha sido repelido después diferentes veces, y la burguesía se acantonó vigorosamente. Hoy día, está detenida la in- vasión, como bajo el emperador Probus u otro parecido. Nuevas invasiones amenazan, por consiguiente, y sólo se trata de saber si esas se podrían dirigir y amortiguar ami- gablemente, o si no podrá evitarse la vía de la violencia. En todo caso, será preciso que la mezcla resultante lle- gue a fundirse, a organizarse. Luego es el cristianismo que ha obrado sobre esa masa combinada de bárbaros y romanos; ¿dónde está el Cristianismo nuevo que nos pres-