RETRATOS DE MUJERES 107
te cuando el Imperio. Me representan, bajo aspecto juve- nil la poesía y la filosofía exaltadas, entusiastas y puras, de este período republicano, lo análogo en literatura, de una marcha de Moreau sobre el Rin o de algún primer combate en Italia. M. de Chateaubriand, y todo el movi- miento reaccionario de 1800, no se habían producido aún. Unicamente Madama de Staél propagaba el sentimiento y espiritualismo poéticos, pero en medio de la filosofía y del siglo.
El libro de La Influencia de las Pasiones obtuvo una favorable acogida: El Mercurio, aún no restaurado, como lo fué en 1800, dió extractos acompañados de críticas be- névolas. Madama de Staél volvió a París por el año 95, y su permanencia en esta ciudad se repitió con frecuen- cia hasta su destierro. No tendemos a ocuparnos en deta- lles de su conducta política, de la cual ha trazado la línea principal en sus Consideraciones sobre la Revolución Fran- cesa, y sería poco seguro querer suplir con particularida- des de origen equívoco lo que ella no ha dicho. Pero, en un fragmento muy distinguido y espiritual sobre Ben- jamín Constant, que la Revue des deux Mondes ha publi- cado !, encontramos de Madama de Staél y de sus rela- ciones de entonces una idea inexacta, pero bastante conforme con un prejuicio muy extendido, por cuyo mo- tivo no podemos dispensarnos de rectificar. El salón de Madama de Staél, en París. era considerado como el cen- tro de una pandilla de descententos, de hombres cansados del antiguo y nuevo régimen, incompatibles con una re- pública pura y hostiles al establecimiento íntegro que vanamente se iba a ensayar. Benjamín Constant aparecía, por el contrario, con el candor del novicio, inclinado hacia los republicanos moderados, hacia los mismos patriotas que le hacían ver en el salón de Madama de Staél como almas sanguinarias. Exactos y bien dirigidos, en lo que concier- ne a los sentimientos políticos de Benjamín Constant, el
1 1833, 1 volumen, pág. 135, El artículo es de Lotve-Veimars.