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ROMANCERO DEL CID
Dijo el Rey:—Noble Jimena,
pues el buen Cid Campeador,
vueso dichoso marido
y mi vasallo mejor,
que por estar en las lides
hoy de la iglesia faltó,
á falta del brazo suyo
yo vuestro bracero soy,
y á aquesa fermosa infanta,
que el cielo divino os dió,
mando mil maravedís
y mi plumaje el mejor.—
Non le agradece Jimena
al Rey tanto su favor;
que le ocupa la vergüenza,
y á sus palabras la voz.
Las manos quiso Jimena
besarle y él las huyó:
acompañóla en la iglesia,
y á su casa la volvió.