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ROMANCERO DEL CID

El Rey se lo agradeció ,
tomó lo que le fué dado,
partiólo por sus campañas,
viandas les han abondado;
quebrantaron muchos muros,
los moros se han amistado.
Dádose habían al Rey
la villa y todo su algo;
sólo fincan con las vidas,
que el Rey se las ha otorgado.
En tanto que dura el cerco
un romero había llegado,
que viene de allá de Grecia
al apóstol Santiago.
Astiano había por nombre,
obispo es intitulado:
faciendo estaba oración
ante el Apóstol muy santo.
Astianos oyó decir
que el apóstol Santiago
entraba en las grandes lides
armado y en un caballo
á pelear con los moros
en favor de los cristianos.
El Obispo que lo oyó
muy mucho le había pesado:
—Non le digáis, caballero ,
pescador era llamado.—
Y con esta gran porfía
dormido se había quedado.
Santiago se le aparece
con llaves en la su mano,
y con muy alegre rostro
dijo:—Tú faces escarnio
por llamarme caballero,
y en ello tanto has cuidado.