y Ramiro de Aragón,
cuyo reino es el nombrado,
que ambos los reyes dicen
que es villa de su reinado.
Por quitar muertes y guerras,
los reyes han acordado
que lidien dos caballeros,
cada uno de su bando;
y el que de aquestos venciese,
que su rey la haya á su mando.
Fernando nombró á Rodrigo
de Vivar, el muy nombrado;
Ramiro á Martín González,
muy valiente y esforzado.
Armados ambos que son,
en el campo son entrados;
en haciendo la señal,
muy recio se han encontrado;
quebraron ambos las lanzas,
quedaron muy lastimados,
mal feridos de los fierros,
de los encuentros pasados.
Martín le dijo á Rodrigo,
de esta suerte le había hablado:
—Mucho, Rodrigo, vos pese
de haber sido tan osado
de entrar conmigo en batalla
de do saldréis mal pagado;
que aquesa vuesa cabeza
aquí quedará en el campo:
non volveréis á Castilla,
ni á Vivar, el vuestro Estado,
ni Jimena vuestra esposa
jamás vos verá á su lado,
aunque dicen que la amáis,
y que d’ella sois amado.
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ROMANCERO DEL CID