y corriendo á Belforado,
también á Santo Domingo,
á Nájera y á Logroño,
todo lo habían destruído.
Llevan presa de ganados,
muchos cristianos cautivos,
hombres muchos y mujeres
y también niñas y niños.
Ya se vuelven á sus tierras
bien andantes y muy ricos,
porque el Rey ni otro ninguno
á quitárselo han salido.
Rodrigo, cuando lo supo
en Vivar, el su castillo,
mozo es de pocos días,
los veinte años no ha cumplido.
Cabalga sobre Babieca
y con él los sus amigos;
apellidara á la tierra:
mucha gente le ha venido.
Gran salto diera en los moros;
en Montes-d’Oca, el castillo,
venciera todos los moros
y prendió los reyes cinco.
Quitárales la gran presa
y gentes que iban cautivos;
repartiera las ganancias
con los que le habían seguido;
los reyes trajera presos
á Vivar, el su castillo;
entrególos á su madre,
ella los ha recibido,
soltólos de la prisión,
vasallaje han conocido,
y á Rodrigo de Vivar
todos lo han bendecido.
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ROMANCERO DEL CID