al revés traen los escudos
de los arzones colgados;
las capas traían negras,
¡muy grande duelo mostrando!
Las capillas traen tendidas,
según uso castellano.
Doña Sol y las sus dueñas
estameña han cobijado:
gran duelo querían hacer,
mas su madre lo ha vedado,
porque así lo mandó el Cid
y así ha de ser obrado.
El rey y la su mujer
para el Cid habían llegado;
ambos las manos le besan,
de lo ver se han espantado,
que no semejaba muerto,
sino vivo y muy honrado.
Muchos vienen á lo ver
de Castilla, ese reinado;
también vino don García,
rey d’ese reino navarro:
consigo trae su mujer,
fija del buen Cid loado;
las manos besan al Cid,
muchas lágrimas llorando;
todos van para San Pedro,
porque allí le han enterrado.
Aquese buen rey Alfonso,
que ha sabido lo pasado,
de Toledo se partiera
y á San Pedro había llegado.
Saliéronle á recibir
los al Cid emparentados;
mucha honra fizo el rey
al cuerpo del Cid honrado;
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ROMANCERO DEL CID