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E

n las Cortes de Toledo

que el buen rey Alfonso hacía
para dar derecho al Cid,
que querellado se había
de los condes de Carrión,
sus yernos que ser solían,
porque á sus buenas mujeres
deshonrado las habían,
vuelto le han sus dos espadas,
el su haber también volvían.
El Cid por grandes traidores
á ambos retado había;
los infantes no responden
á lo que el buen Cid decía.
El rey dijo á los infantes
qué era lo que respondían.
Diego González, el uno,
al rey así le decía:
—Ya, señor, sabéis que somos