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LXXXI


D


espués que una fiesta fizo
al santo y divino Pedro,
aquel que africanos moros
pagaron tributo y pecho,
hizo una junta en su casa
de parientes y homes buenos,
y como juntos los vido,
el buen Cid les dijo aquesto:
—Bien sabéis, amigos míos,
la fazaña de mis yernos;
¡bien me pagaron las obras
que en Valencia hice por ellos!
Con riendas me las pagaron,
no teniendo rienda en ellos
de ponellas en mis fijas
azotadas en desiertos;
y agora el rey de León
dice por su mandadero,
que dentro de treinta días
tengo de estar en Toledo.
Así vos suplico y pido,