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LXX


A

cabado de yantar,

la faz en somo la mano,
durmiendo está el señor Cid
en el su precioso escaño:
guardándole están el sueño
sus yernos Diego y Fernando,
y el tartajoso Bermudo,
en lides determinado.
Fablando están juglerías,
cada cual para hablar paso,
y por soportar la risa
puesta la mano en los labios,