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ROMANCERO DEL CID
derramados y esparcidos,
sin orden y á mal recaudo,
á don Alvar Salvadores
le dijo:—Sed luégo armado,
tomaréis doscientos homes
de á caballo aderezados,
y haced una espolonada
contra los perros paganos,
porque Jimena y sus fijas
vean que sois esforzado.—
Salvadores lo cumpliera
como el Cid lo habia mandado.
Dió de tropel en los moros,
de las huertas los ha echado:
firiendo iban en ellos,
firiendo van y matando
hasta dentro de las tiendas
que los moros han armado.
De allí se tornaron todos,
doscientos moros matando:
preso queda Salvadores,
que por ser aventajado
se metió tanto en los moros,
que lo habían cautivado:
sacóle el Cid otro día,
los moros desbaratando.