propónese ser valiente
ó de morir en el campo.
Otro día salió el Cid,
junto á Valencia ha llegado;
salieron luégo los moros
á ferir en los cristianos:
llegan denodadamente
con los esfuerzos sobrados.
Martín Peláez fué el primero
que la lid había entrado,
y firió tan recio en ellos
que á muchos ha derribado.
Allí perdió todo el miedo,
muy gran esfuerzo ha cobrado,
peleó valientemente
mientras la lid ha durado:
unos mata y otros hiere,
hizo en ellos grande estrago.
Los moros dicen á gritos:
—¿De dó ha venido este diablo?
¡Hasta aquí no le hemos visto
tan valiente y esforzado!
A todos nos hiere y mata,
del campo nos ha lanzado.—
Por las puertas de Valencia
á los moros ha encerrado,
los brazos hasta los codos
en sangre lleva bañados;
ninguno hay tal como él
si no es el Cid afamado.
Los moros fueron vencidos,
Peláez se había tornado,
esperándole está el Cid
fasta que fuera llegado:
con muy crecido placer
Rodrigo lo había abrazado;
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ROMANCERO DEL CID