y Rodrigo, mesurado,
le dice desta manera:
—Nuevo sois, el rey Alfonso,
nuevo rey sois en la tierra;
antes que á guerra vayades
sosegad las vuesas tierras.
Muchos daños han venido
por los reyes que se ausentan,
que apenas han calentado
la corona en la cabeza,
y vos no estáis muy seguro
de la calunia propuesta
en la muerte de don Sancho
sobre Zamora la vieja;
que aún hay sangre de Bellido,
magüer que en fidalgas venas,
y el que fizo aquel venablo
si le pagan fará treinta.—
Bermudo en lugar del rey
dice al Cid:—Si vos aquejan
el cansancio de las lides
ó el deseo de Jimena,
idvos á Vivar, Rodrigo,
y dejadle al rey la empresa;
que homes tiene tan fidalgos
que non volverán sin ella.
—¿Quién vos mete, dijo el Cid,
en el consejo de guerra,
fraile honrado, á vos agora,
la vuesa cogulla puesta?
Subid vos á la tribuna
y rogad á Dios que venzan,
que non venciera Josué
si Moisés non lo ficiera.
Llevad vos la capa al coro,
yo el pendón á las fronteras,
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ROMANCERO DEL CID