rey don Sancho; 31, Apenas era el rey muerto; 32, Afuera, afuera, Rodrigo; 33, Riberas del Duero arriba; 34, Junto al muro de Zamora; 35, Guarte, guarte, rey don Sancho; 36, De Zamora sale D'Olfos; 39, Ya cabalga Diego Ordóñez; 43, Tristes van los zamoranos; 45, Por aquel postigo viejo; 46, En Santa Águeda de Burgos; 76, Helo, helo por de viene; 83, Por Guadalquivir arriba; 84, Tres cortes armara el rey; 85, Yo me estando en Valencia. En estos romances, por lo común bellísimos, hállanse el corte popular y la expresión ingenua que no pudo después imitar el arte, y no tan sólo en los asuntos, pero aun en los pormenores guardan preciosas reliquias de los antiguos cantares, transformados á menudo por la fantasía popular y algunas veces por la inventiva del poeta no menos que por el influjo de las crónicas. En el 46 se nota la mención de trajes relativamente modernos.
Los romances, 8, Reyes moros en Castilla; 9, De Rodrigo de Vivar; 14, Sobre Calahorra esta villa; 15, Muy grandes huestes de moros; 28, Llegado es el rey don Sancho; 29, Entrado ha el Cid en Zamora; 30, El Cid fué para su tierra; 56, Ese buen Cid Campeador; 57, Adofir de Mudafar; 68, Aquese famoso Cid, Con gran razón etc.; 74, En batalla temerosa; 94, Estando en Valencia el Cid; 96, Aquese famoso Cid De Vivar etc.; 101, Vencido queda el rey Búcar; 102, En Sant Pedro de Cardeña son de la colección de Sepúlveda; el 13, Celebradas ya las bodas, está fundado en otro del mismo origen. Estos romances, que han debido incluirse para completar la narración, no son sino transcripción versificada de la crónica: mas aunque ayunos de inspiración poética, agradan por lo que conservan de las antiguas narraciones. El 60, Apretada está Valencia, aunque anterior á los de Sepúlveda y más arcáico en la forma, pertenece también á la clase de los tomados directa y literalmente de la historia escrita.
Los demás romances de esta colección son de los que se llamaron nuevos y que la crítica ha denominado artísticos.
No diremos de ellos lo que dijo Marcial de sus epígramas, pero no cabe duda en que los hay medianos y algunos maleados en sumo grado por los vicios á que propende este género, es decir, la afectación de antigüedad en el lenguaje y el abuso de una fecundidad razonadora y palabrera. No obstante, en general puede afirmarse que son bien hechos y de agradable