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XLIII
ristes van los zamoranos
metidos en gran quebranto;
reptados son de traidores,
de alevosos son llamados;
más quieren ser todos muertos
que no traidores nombrados.
Día era de San Millán,
ese día señalado;
todos duermen en Zamora,
mas no duerme Arias Gonzalo.
Acerca de las dos horas
del lecho se ha levantado;
castigando está sus hijos
á todos cuatro está armando;
las palabras que les dice
son de mancilla y quebranto:
—Ayúdeos Dios, hijos míos,
guárdeos Dios, hijos amados,
pues sabéis cuán falsamente
habemos sido reptados.