juntáronse en una tienda
los mayores de su campo;
y juntóse todo el real
como estaba alborotado.
Don Diego Ordóñez de Lara
grandes voces está dando,
y con coraje encendido
muy presto se había armado.
Para retar á Zamora,
junto al muro se ha llegado,
y lanzando fuego vivo
d’esta suerte ha razonado:
—Fementidos y traidores
sois todos los zamoranos,
porque dentro d’esa villa
acogistes al malvado
de Bellido, ese traidor,
el que mató al rey don Sancho,
mi buen señor y buen rey,
de quien soy muy lastimado:
que los que acogen traidores
traidores sean llamados;
y por tales yo vos reto,
y á vuesos antepasados,
y á los que traidores son
los pongo en el mismo grado,
y á los panes y á las aguas
de que sois alimentados,
y esto os faré conocer,
ansí como estoy armado,
y lidiaré con aquellos
que no quieren confesallo,
ó con cinco uno á uno,
como en España es usado
que lidie el que á concejo
como yo había retado.—
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ROMANCERO DEL CID