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ROMANCERO DEL CID
tal, que estando él en el campo
no sintáis la falta mía.—
Levantóse Diego Ordóñez,
que á los piés del Rey yacía;
la flor es de los de Lara
y lo mejor de Castilla,
con voz enojosa y ronca
d’esta manera decía:
—Pues el Cid había jurado
lo que jurar no debía,
no es menester que señale
quien la batalla prosiga:
caballeros hay en ella
de tanto esfuerzo y valía
como el Cid, aunque es muy bueno,
y yo por tal lo tenía;
mas si queréis, caballeros,
yo lidiaré la conquista,
aventurando mi cuerpo,
poniendo á riesgo mi vida,
pues que la del buen vasallo
es por su Rey ofrecida.