Página:Romancero selecto del Cid (1884).pdf/139

Esta página ha sido corregida
133
ROMANCERO DEL CID

que del ánima curedes,
del cuerpo non fagáis caso;
á Dios vos encomendad
pues fué este día aciago.
—Buena ventura hayáis, conde,
que así me heis aconsejado.—
En diciendo estas palabras
el alma á Dios había dado.
De esta suerte murió el Rey
por haberse confiado.