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XXXVI
e Zamora sale Dolfos
corriendo y apresurado;
huyendo va de los hijos
del buen viejo Arias Gonzalo,
y en la tienda del buen Rey
en ella se había amparado:
—Manténgate Dios, el Rey.
—Bellido, seas bien llegado.
—Señor, tu vasallo soy,
tu vasallo y de tu bando,
y yo por aconsejarle
á aquel viejo Arias Gonzalo
que te entregase á Zamora,
pues se te había quitado,
hame querido matar
y dél me soy escapado.
Así me vengo, señor,
por ser en el tu mandado,
con deseo de servirte
como cualquier fijodalgo.