Página:Romancero selecto del Cid (1884).pdf/125

Esta página ha sido validada
XXXII

A

fuera, afuera, Rodrigo,

el soberbio castellano,
acordársete debría
de aquel buen tiempo pasado
cuando fuíste caballero
en el altar de Santiago.
Cuando el rey fué tu padrino,
tú, Rodrigo, el afijado;
mi padre te dió las armas,
mi madre te dió el caballo,