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XXIX

E

ntrado ha el Cid en Zamora,

en Zamora, aquesa villa,
llegado ha ante doña Urraca,
que muy bien lo recibía;
dicho le había el mensaje
que para ella traía.
Doña Urraca que lo oyó
muchas lágrimas vertía,
diciendo:—¡Triste cuitada!
don Sancho ¿qué me quería?