Página:Romancero selecto del Cid (1884).pdf/103

Esta página ha sido validada
XXIV

A

tento escucha las quejas

de su fija doña Urraca
el noble rey Don Fernando
desafuciado en la cama.
De su libertad se pena,
va á responder y no habla
que enmudece hasta á los reyes
una mujer libertada;