cosas, traducciones de frases vulgares o cuentos i descripciones libres hechos en la lengua.
Naturalmente tambien he encontrado a individuos intratables que apénas soltaban alguna que otra palabra; i la mas porfiada fué una vieja machi, una médica, verdadero tipo de bruja, que visité en su ruca cerca de Mininco. Doña Manuela comprendia mui bien lo que queria yo, pues hablaba el castellano como cualquier mujer del pueblo; pero cuando le dirijia preguntas concretas me contestaba con un conjunto indisoluble de palabras indias de las cuales no podia apuntar nada; i cuando le manifesté mi desesperacion, dijo con un jesto que no podia ménos de comprender, dirijiéndose a uno de sus clientes: «¡Mala cabeza!»
Para el principio del estudio pueden servir las gramáticas impresas que tenemos i que son tres: la del P. Luis de Valdivia de 1606, la de Bernardo Havestadt, publicada en latin solo en 1777, pero que ya ha servido veinte años ántes al tercer gramático Andres Febrés, cuya gramática salió a luz en Lima en 1765. Este hecho ha escapado a los bibliógrafos porque está solo indicado en una carta escrita en idioma indio por Febrés a Havestadt, la que se encuentra al fin de la gramática de éste. La carta contiene otros datos interesantes sobre la vida casi desconocida de Febrés. Es estraño que Febrés no mencione nunca en su gramática a Havestadt. Este último, solo conoció la gramática de Valdivia. Parece que ninguno de los bibliógrafos chilenos ha sabido traducir la carta aludida.
Las únicas obras de este siglo que han aumentado un poco nuestros conocimientos del araucano son la nueva edicion del Febrés hecha por Astraldi en 1846 en Santiago, que contiene algunas nuevas observaciones, debidas,