i sig. del orijinal) tambien parece mui poco fidedigno en cuanto al estilo; solo el «ejemplo de un coyaghtun» del mismo autor (páj. 146 sig.) quizas se debe mas o ménos directamente a un indíjena.
Ahora bien, para obtener una base segura he creido indispensable prescindir por un momento de todo lo que nos enseñan las obras de los misioneros i recojer materiales orijinales. Para esto hai por ahora un solo método practicable. Como apénas habrá indíjena alguno que sepa escribir su propio idioma, aunque no faltan quienes saben leer i escribir en español, hai que recurrir a la trascripción fonética de dictados hechos por indios intelijentes, Es verdad que no todos los individuos que saben espresarse en castellano (i éstos son preferibles miéntras el que apunta no maneja el araucano con toda soltura) son capaces de dictar bien cuentos continuos. Mas fácil es obtener traducciones de frases castellanas, las cuales tambien pueden servir para estudiar la fonética, morfolojía i en parte la sintáxis del idioma, pero no sirven para conocer el estilo. He principiado por este camino, como se ve en los diálogos en dialecto huilliche i picunche, (Estudios Araucanos II i III). Estas traducciones son indispensables cuando se trata de obtener la espresion araucana de ciertos jiros castellanos para completar los esquemas de conjugacion, los pronombres, etc., i en jeneral el vocabulario. Con individuos intelijentes, sin embargo, es mas provechoso el dictado libre. Este puede versar sobre recuerdos de la vida pasada del mismo individuo (cp. El Viaje al pais de los Manzaneros de Domingo Quintuprai Est. ar. I) o de sus antepasados (cp. el episodio histórico del abuelo de Quintuprai)