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Acta de Pío XI

y de las costumbres y el llamado concepto común y social de la caridad y justicia evangélica, moderaron la vida penetrándole muy interiormente.

Es conveniente, de acuerdo con la amplitud e importancia del acontecimiento que se acerca, que excitemos en el pueblo cristiano, por medio de vosotros, Venerables Hermanos, que sois nuncios e intérpretes de nuestra palabra, el espíritu de san Francisco, que en nada se aparta del sentido y de la manera de ser del Evangelio, trayendo a la memoria saludablemente en esta oportunidad las enseñanzas y los ejemplos del Patriarca de Asís. Pues nos agrada competir con nuestros recientes antecesores en aquella piedad por la que no dejaron pasar la memoria de algún acontecimiento secular durante su vida, sino que por medio de la autoridad de su magisterio apostólico la ilustraron y animaron a celebrarla. Y a este respecto recordamos muy a gusto y, los que ya no son jóvenesno, no pueden menos de recordarlo con Nosotros, cómo se encendió el amor del pueblo en todas partes hacia Francisco y a su institución por la Encíclica Auspicato, publicada por León XIII hace cuarenta y cuatro años, cuando se cumplía el séptimo centenario del nacimiento de Francisco de Asís; y puesto que aquel fervor produjo múltiples manifestaciones de piedad y la deseada renovación de los espíritus, enetndemos que el próximo acontecimiento tendrá por su importancia un fruto igual. Más aún, las condiciones actuales del pueblo cristiano hacen esperar mayor fruto. Pues, ¿quién ignora que se ha iniciado en general un mayor aprecio de los bienes del espíritu, y que los pueblos, por la experiencia de los tiempos pasados, han aprendido que sin la vuelta hacia Dios no puede haber paz y seguridad, y miran por ello a la Iglesia católica como el único medio de salvación? Además, la extensión a todo el mundo de la indulgencia del Jubileo coincide felizmente con esta conmemoración centenaria, inseparable del espíritu de penitencia y de caridad.

Es evidente, Venerables Hermanos, que los tiempos de Francisco fueron difíciles y duros.