tanos como los de ahora 30 años en la de Santa Fé, cosa que no ven los inspectores municipales, porque en esas ocasiones es difícil llegar hasta allí. El agua que se derrama en el zanjon lateral de la Avenida Sarmiento se enriquece con la de la Avenida misma que se precipita en él por albañales, y ese caudal no escaso, atraviesa por debajo de la via al Rosario, por una alcantarilla, y, costeando siempre el Jardin, desagua dentro de este, en una zanja, y va á buscar una tronera que recibe las aguas de la Avenida de Palermo, frente á un ángulo de la Escuela Militar. Esa zanja es un obstáculo á los trabajos de la segunda seccion del Jardin, ordenados por la Intendencia, y conviene que desaparezca, no sólo por incómoda, sinó tambien por ridícula, con sus veinte años de existencia no perturbada.
El público, juez listo, hace comparaciones, y uno no puede andar con una trompeta más sonora que la del valle de Josafat pregonando motivos y razones que una firma del Intendente puede esterilizar en pocos minutos. Los hombres que ocupan puestos públicos no se anulan solamente por el mal desempeño de su tarea oficial, por este ó aquel motivo; simultáneamente se anulan como particulares, y si hay quien quiere anularme como Director del Jardin, porque tales ó cuales cosas no se hacen como otros piensan, conste á lo menos que no será por haber guardado silencio, sinó porque, hasta las obras públicas que no son de mi jurisdiccion, pero que retardan el progreso del Jardin, se abandonan de tal modo, que me permitiría ver en ello una hostilidad, si no estuviese convencido de que se tiene confianza en mi propia iniciativa, lo cual podría llegar á ser un elogio, si no fuese un fastidio.
El desagüe, pues, del zanjon lateral podría llevarse al Arroyó Maldonado ó á cualquier otra parte, pero el paso á nivel en la interseccion formada por la via al Rosario y la Avenida Sarmiento está hecho de tal modo que las Avenidas de un lado se derraman al fin en el Arroyo, y las del otro en el Jardin Zoológico.
Varias veces me insinuaron la conveniencia de establecer un desagüe de la calle Santa Fé en los lagos secos del Jardin. Pero es tan grande la cantidad de materias orgánicas levigadas que arrastran, que infestarían la atmósfera una vez que la putrefaccion se apoderara de ellas.