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refecundacion. Tiene un desarrollo limitado en los individuos, y cuando ese desarrollo se acerca á su límite, el cerebro tiende á adquirir cierta consistencia que se manifiesta por la estabilidad de las creencias. Con la refecundacion, el cerebro humano va aumentando gradualmente su poder; de modo que cuanto más adelanta en su evolucion, tanto mas complicada y perfecta es la estructura que adquiere cuando llega al término de su desarrollo, y, por consiguiente, tanto mas precisas y completas son las observaciones que constituyen el saber, y tanto más generales las leyes que descubre.

Despues del «diluvio universal», Noé quedó en posesion de los mismos bienes que Adam había disfrutado en el Paraíso. Como eran ya muy numerosos los pobladores de la Tierra, é iban á aumentar en muy considerable proporcion, veia Noé, ó, dicho en lenguaje figurado, habló Dios á Noé de esta manera: «Ved que no haré mas diluvio universal, porque yo no hago absurdos; pero en cambio, aquí teneis lo que pondré para siempre, arriba de la cabeza de todos los seres vivientes.» Alzó la vista Noé y vió... no un arco-iris, sino uno de esos arcos que sirven para dirigir las flechas, y con el cual amenazaba Dios herir á todo aquel que faltara á sus mandamientos, violando las leyes de la vida.

Vamos ahora á continuar la traduccion y el análisis de los preceptos que forman la base de la Religion Católica.

El Decálogo, á pesar de las grandes precauciones tomadas por Dios en el Sinai para que no se perdiera ni pudiera alterarse en manera alguna, no se sabe hoy quien fué el escribiente, ni cómo ni cuándo fué escrito. Lo mas verosímil es que fué Moisés, sacerdote, ó, por lo menos, iniciado egipcio y demagogo israelita, quien lo ensenó de viva voz á su pueblo. Moisés, «hijo de Dios», ó sea iniciado en los secretos de los santuarios del saber, fué quien enseñó en el lenguaje infantil, tradicional desde Noé, los preceptos de la moral científica, adaptándola á las necesidades del pueblo de Israel. Ese pueblo salía de la esclavitud y se hallaba en estado de completa barbarie. Tal circumstancia y el hecho de haber sido adoptada la religion de Moisés por los demás pueblos bárbaros, hacen muy probable que los «mandamientos de la ley de Dios» hayan sufrido considerables alteraciones. De todos modos, hoy, á 3400 años de distancia en moral y en saber, y á pesar de todas las vicisitudes por que puede haber pasado el Decálogo, las circumstancias han cambiado. No sólo nos hallamos en mucho mejores-