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seguramente olvidaron con el tiempo los paraguayos y correntinos, para adoptar el actual de Mborebí que, lo mismo que es Guayaná, bien puede tambien ser de otra tribu.

Que se olvide ó se tergiverse un nombre no tiene nada de imposible, aunque parezca extraño, y en el Guaraní actual ha sucedido con otro de un modo mucho más curioso: me refiero al Tigre.

El verdadero nombre del Tigre, en Guaraní, es Yaguá, de donde ha derivado la actual palabra Yagüar ó Jagüar con que se conoce á nuestro carnicero en los textos de Zoología y libros que nos vienen de Europa.

Actualmente la palabra Yaguá significa Perro, y Yaguareté, es decir, cuerpo como perro, significa Tigre.

Esto tiene su explicacion: los primeros perros que trajeron los conquistadores deberían ser, en general, de raza fuerte, como los de cazar jabalíes, y los indios, al mirarlos, sin saber lo que eran, inmediatamente los compararon con el animal que más se les parecía, por le menos en el cuerpo, el Tigre, el único entre todos, y entonces llamaron á los perros Yaguareté, es decir, cuerpo como Tigre.

Poco á poco, los indios ya reducidos tuvieron menos ocasion de ver tigres que cuando hacían vida salvaje y en cambio se hallaron en trato más íntimo con los perros, que llegaron hasta poseer, y como Yaguareté era palabra larga, se fué abreviando hasta quedar reducida á Yaguá, que fué como concluyeron por llamarlos, dejando la palabra Yaguareté para nombrar á los Tigres.

Volvamos al Tapir. Su caza es una de las mas interesantes y emocionantes del bosque misionero, y más de un expedicionario y obrajero se han salvado gracias á la carne de este impagable paquidermo. En algunos lugares que eran recorridos por la primera vez, la gente no ha comido, durante mucho tiempo, sinó carne de Anta, que cazaban casi diariamente, á veces hasta de á dos individuos, de manera que, al fin del viaje, podían sumar un número de víctimas que pasaba de cincuenta y hasta de sesenta. La caza en el bosque ofrece sus dificultades y sólo puede llevarse á cabo con un factor principal, que es un buen perro; sin él no hay caza posible.

Los perros ya acostumbrados, al ser largados por sus