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tradicion ha conservado del saber antiguo, es lo que se salvó del «diluvio» porque estaba bien en el «agua»: lo que los ignorantes pudieron conservar porque estaba bueno para ellos y que luego transmitieron á los demás pueblos ignorantes. Estos, tomando por base el sentido literal de la metáfora, hicieron cada uno una cosmogonía ó mitología, adaptada á su propia índole (Indios, Persas, Caldeos, Griegos, etc). A nosotros nos ha tocado en suerte la más completa y auténtica, pero así mismo muy desfigurada y heterogénea, si no en el fondo, por lo menos en sus detalles.

A mi modo de ver, el Génesis no fué en su orígen una cosmogonía; fué mas bien la teoría de la evolucion de la credulidad, puesta por Noé al alcance de los que no tenian la menor idea de sus leyes. Los colosales absurdos que contiene como cosmogonía, se transforman en profundas verdades si se le toma como la filosofía de la evolucion intelectual, puesta en lenguaje alegórico. Además, esos absurdos son incompatibles con el simple buen sentido que debemos suponer poseían los autores de una teoría cuyas patajes subsistentes son la expresion de la verdad puesta en lenguaje figurado. Considerado bajo este punto de vista, el Génesis no es una «Creacion». No hay en él nada de Cosmogonía, ni de Astronomía, ni de Física, ni de Geología, ni de Botánica, ni de Zoología. No hay mas que Etnogénia y Filosofía; y con respecto á nombres propios, en sentido propio, tan sólo el de aquello que no puede tener un nombre sustantivo bastante propio: Dios.

Partiendo del principio de que el Génesis es el orígen y la base de la religion católica, y considerando ser ambas la ciencia de la vida, puesta y conservada en lenguaje alegórico, voy á exponer algunas ideas tendentes á demostrar que el criterio de la verdad en moral, debe ser una religion científica, perfectamente de acuerdo con las leyes de la vida y con la religion católica traducida al sentido propio.

La moral, en lenguaje infantil ó metafórico, es el camino que conduce al cielo. En lenguaje propio, ó para los hombres, es el conjunto de las leyes biológicas á que obedecen los individuos que siguen el camino de la. evolucion.

Seguir el camino de la evolucion es, en lenguaje figurado, cumplir con el primer precepto del Decálogo: «amar al verdadero Dios sobre todas las cosas, ó sea acumular la fuerza que llamo el mínimo comun divisor, á favor de la cual el individuo contribuye al progreso bionómico (moral) de la serie de que forma parte.