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cientos de sus semejantes, sea por haberla anticipado la falta de alimentos, los Infusorios sienten amor y se casan con sujecion á las leyes reglamentarias de la vida.

La mas sagrada de estas leyes morales, despues de la de no casarse sino en la decrepitud, es la que prohíbe la consanguinidad entre los cónyugues. Los hermanos siempre se reconocen mediante ciertas investigaciones preliminares de todo matrimonio; pero entre primos no se hace este reconocimiento con tanta facilidad. Cuando artificiosamente se les obliga á casarse entre parientes cercanos, la familia degenera rápidamente y acaba por extinguirse.

En aquellos Infusorios cuyas dos fases de la sexualidad no están separadas en individuos distintos, el plasma germinativo está unido á la parte de que trae su origen el plasma personal, y ambos forman un cuerpecillo muy pequeño, llamado núcleo, y tambien aparato nuclear. Cuando se casan ó «conjugan», el núcleo de ambos cónyugues se divide en dos; pues el plasma germinativo, ó parte inmortal, se separa del plasma personal, porque éste ha llegado ya á su último extremo de decrepitud, y estando «muerto», va á ser expulsado del cuerpo del Infusorio. (Como los «glóbulos polares» de los Metazoarios). El plasma germinativo, una vez separado del personal, tambien se divide en dos partes: la una, llamada pronúcleo femenino, permanece quieta en el mismo sitio, y la otra, pronúcleo masculino, es la que se separa de la parte inmóvil, y la que se pone en movimiento para ir á casa de la novia. Como todo se verifica de igual manera en los dos Infusorios conjugados, el resultado viene á ser un cambio recíproco de hermanas, entre los dos pronúcleos masculinos.

Así que los dos polos opuestos de la sexualidad se han combinado, la nueva vida queda reconstituida en cada uno de los dos cónyugues. El núcleo recien formado por la union de los dos pronúcleos, servirá de nuevo centro de atraccion á los elementos de desarrollo, legados por los antecesores que en vida los acumularon. Todo el protoplasma que formaba el cuerpo de los padres, pasa á formar el de los hijos, donde continúa viviendo sin que quede muerto nada mas que la pequeñísima parte «decrépita» del núcleo.

Desde los primeros momentos de esta «resurreccion de la carne», los dos párvulos quedan inmóviles por algun tiempo; pero luego que han tomado posesion de su herencia, toda, sin omitir ni la memoria», empiezan á moverse en busca de mas alimento, y adquieren una movilidad sin igual en todo el reino de los animales.