Página:Revista del Jardín Zoológico de Buenos Ayres (Tomo I. Entrega X, pp. 289-320).pdf/12

Esta página ha sido validada
— 299 —

La importancia de los animales, para el estudio de las leyes de la vida, está, hasta cierto punto, en razon directa de la sencillez de su organizacion. Cuando esta es muy simple, tanto mayor es la claridad con que se manifiestan los mas oscuros detalles de las leyes fundamentales de la vida. Los Infusorios, ni son tan simples como otros seres cuyo cuerpo es completamente homogéneo, ni tan complicados como los animales compuestos de muchas células. Además, como son muy pequeños, las leyes de la vida obran en ellos con mucha eficacia y prontitud, de modo que se ve con gran claridad lo que en nosotros se verifica bajo una forma muy complicada y muy lentamente, y, por consiguiente, difícil de descubrir. Los Infusorios nos dan, puede decirse, el trazado del camino por donde la fuerza de la vida lleva al individuo, y la de la evolucion conduce á la humanidad.

Esos animales, por lo mismo que son monocelulares, tienen un perfecto conocimiento de las leyes de la vida, y observan con mucho rigor las que los hacen inmortales. Saben, por experiencia, que la muerte es una ley esencialmente individual; es decir, que afecta sólo al individuo, y, por consiguiente, este puede eludirla y hacer contínua la vida, oponiendo á la muerte la fuerza contraria, lo cual obtienen renovando la vida por medio del matrimonio.

La muerte, en la escala de los seres y de los individuos, difiere de tal manera, que sólo se puede definir del modo siguiente: La cesacion de la individualidad, precedida de la diminucion gradual ó repentina de su espontaneidad vital, y seguida de la reasimilacion mediata ó inmediata de los componentes del individuo que desaparece, pero continuando vivo lo que llegó á ser fecundante ó fecundado.

En los animales compuestos de muchas células y llamados Metazoarios, la existencia de órganos especiales para cada una de las funciones de la vida, ha hecho sean instintivas é inconscientes las medidas adoptadas por los animales monocelulares, ó Protozoarios, para obedecer á esa ley de la continuidad ó «eternidad» de la vida. La fuerza que á ello los impele, es la conocida bajo el nombre antropomórfico y vago de «amor».

Los Infusorios son seres cuya muerte está tan inmediata á la vida nueva, á la resurreccion, que la una no es sino la continuacion de la otra.

Cuando han llegado á la decrepitud, sea por agotamiento normal de la vida, durante la cual cada individuo ha producido algunos