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cillez, se puede hacer ó sacar de él muy numerosas é interesantes aplicaciones ó consecuencias. Tómense dos hojas de papel. De una hágase una bola y déjesela caer al suelo, á donde se la verá ir en linea recta y vertical. La otra hoja se dejará extendida, y, al dejarla caer, se verá que va dando vueltas ó haciendo sesgos, remolinos ó balanceos, hasta llegar tambien al suelo. Las fuerzas accesorias que han intervenido en la forma de su caída nos son bien conocidas.

Otro ejemplo hará ver mejor la accion resultante de las fuerzas accesorias en la interpretacion ó explicacion religiosa de las leyes de la vida.

Figurémonos un niño que apenas sabe trazar las letras y va á escribir al dictado de su maestro.

—Escriba Vd., dice este, el papel.

El niño escribe.

¿Le sería posible leer las palabras dictadas, á una persona que no hubiese oido pronunciarlas? Y sin embargo, quien esté en el secreto, descubrirá que efectivamente esos garabatos tienen, aunque mal colocados, todos los elementos y aun más de los necesarios, para formar las palabras el papel. La falta unas veces y el exceso otras, de las fuerzas necesarias para trazar bien las letras, han intervenido y desfigurado la escritura; pero las palabras están ahí y se las puede descubrir mediante un exámen lijero.

El tema de mi trabajo es inagotable, y tan fecundo como vasto. Lo he escrito concentrando todo lo posible lo más fundamental y necesario, y sin dejarme llevar del interés que despierta cada una de sus innumerables ramas. Así seguiré el camino más corto y el orden más adecuado á las circumstancias. Lo trataré todo de una manera muy general y en un lenguaje conciso, que llegará á veces á ser oscuro, pero se aclarará á medida que vaya ampliando mis observaciones. Bien sabido es que lo que se gana ó pretende ganar en precision se pierde en claridad. Conozco por experiencia propia los graves resultados de las explicaciones abstractas y de las palabras raras: confunden, asustan, hipnotizan, y lo que es peor aun, desaniman y disgustan del estudio. Por eso haré todo lo posible