Página:Revista del Jardín Zoológico de Buenos Ayres (Tomo I. Entrega IX, pp. 257-288).pdf/24

Esta página ha sido validada
— 279 —

Como todo esto no figura en la símpode, la parte correspondiente á lo que comunmente se llama desarrollo (crecimiento), está más amplificada, y tanto más claramente se puede ver en la símpode la estructura y el trabajo íntimo del desarrollo. A este respecto, la diferencia entre ambos diagramas viene á ser semejante á la que encontramos entre la forma exterior de un objeto mirado primero á simple vista, y luego observada su estructura por medio del microscopio.

Veamos ahora por qué se parecen más la evolucion de la credulidad á una símpode, y la de los animales al diagrama de la evolucion.

La materia viva, de que están formados todos los organismos, tiene dos propiedades fundamentales distintas; dos, y nada más que dos: la de asimilar y la de desasimilar. Todas las funciones de los seres vivos no son sino las manifestaciones de esas dos propiedades. ¡Y admirable unidad de la Naturaleza!.... esas dos propiedades de la materia viva no son sino dos fases alternantes de una sola y única fuerza: la afinidad. Esta, como todas las demás fuerzas, tiene un límite, llegado al cual, la afinidad disminuye y cesa, y una reaccion en sentido contrario trasforma en desasimilante lo que antes era asimilante.

Cuando la facultad de asimilar se especializa en la materia viva, el organismo constituye un vegetal, pues evoluciona perfeccionando sus medios de economizar, eliminando lo menos posible. Cuando es la facultad de desasimilar la que predomina, el organismo es un animal; su especialidad consiste en ir perfeccionando poco á poco los medios de desasimilar, gastando, con el mayor provecho posible, todo lo que su evolucion lo ha hecho capaz de asimilar. Los vegetales son económicos; adquieren una extensa superficie asimilante y una aptitud de crecer, relativamente muy grande; son fijos y estables como las religiones ó creencias subjetivas y femeniles. Los animales son gastadores; poseen un sistema nervioso y músculos que lo sirven; son movedizos, y los que no son fijos, casi siempre caminan hácia adelante, ó sea en la direccion de su cabeza; como las ciencias ó concepciones objetivas y varoniles.

La forma del desarrollo de los vegetales, además, es tan apropiada para representar la del de la credulidad, porque es, por decirlo así, exterior, y porque al verificarse el desarrollo, deja en el esqueleto leñoso de la planta la constancia permanente y visible de su forma. El desarrollo de la credulidad, como el de los vegetales, es