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Pero los años pasan y el niño crece. Ha aprendido que la vejez es el estado de decadencia avanzada. Viejo y todo-poderoso son cosas incompatibles.—«Pues no creo en Dios», dice.

Vá á su mamá, le manifiesta sus dudas y le pide explicaciones.

—Sí, le dice ella, tienes razon; pero Dios no es igual á los demás hombres; es muy superior á todos: es más que hombre.

Hé ahí dado el primer paso, el más pequeño en la evolucion de las creencias religiosas.

¿Qué ha sucedido?

Lo siguiente:

En nuestra teogonía, el hijo de Marte, en lugar de llevar los ojos siempre cubiertos por una venda, los tiene dotados de muy buena vista cuando se trata de creencias ajenas al amor. Además, ha recibido por intermedio de la madre, como ya lo sabemos, las armas y el valor de sus padres y abuelos masculinos: de Marte, en una palabra.

Sintiéndose tan bien preparado, ya no le arredran las dificultades de una lucha, ni los temores del fuego central, y no pudiendo detenerse, se desvía en la direccion ♂, eliminando las afirmaciones que no le explican satisfactoriamente el orígen ó causa de todo lo que ve. El nuevo Marte, el eliminador, empieza á voltairizarse, desviándose en la direccion ♂, por medio de la siguiente eliminacion: «Puesto que en el hombre son incompatibles la vejez y el gran poder, Dios, el autor de todo, no puede ser un viejo omnipotente.» Con lo cual el niño llegó al vértice del ángulo masculino del primer cuadro en la línea de la incredulidad.

Encontrándose allí, y estando impulsado en la direccion V'C, paralela á O♀V, línea de la credulidad, se pregunta: «¿Quién es Dios?» y al dirigirse en esa línea, pide explicaciones á quien cree se las puede dar, pues está ávido de afirmaciones.

La mamá, por su parte, ya había recorrido toda la línea ♀ con sus creencias sobre la naturaleza de Dios, y se halla en el vértice opuesto al que ocupa su hijo. Pero al unirse las objecciones del pequeño Marte con las afirmaciones de Venus, ambas convergen al punto c, en donde se combinan y fecundan. ¡Es tan pequeño el primer cuadro, tan corto el camino á hacer por ambas partes, pues son tan pequeñas las concesiones recíprocas requeridas, que el paso ha podido darse sin dificultad!

Parecerá muy racional el creer que la evolucion de las creencias religiosas continúa, ó por lo menos puede continuar de la misma