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En el caso de Neán no se podía ser más oportuno. Actualmente, los animales que mueren no se pierden. Un empleado especial, competente, el Sr. Roberto Dabbene, tiene ésto á su cargo, y es posible que, dentro de poco, el público pueda ver la rica coleccion de piezas armadas. Sólo falta un edificio especial para la exhibicion y así podran quedar satisfechos algunos curiosos que, en vez de preguntar á los empleados superiores del Jardín dónde están los animales que faltan en los departamentos, dicen con malicia, en corrillos «¿á dónde habrán llevado los animales que había aquí?» ó se dirijen á los peones que mueven la tierra.

Volvamos al Elefante.

Llamé á Dabbene y le comuniqué lo que pasaba.

A la mañana siguiente vendrían los jóvenes veterinarios y harían la autopsia, de modo que él podría acompañarlos y ayudarlos, procurando que las secciones se hicieran de modo que se salvaran el cuero y el esqueleto, para armar los dos.

Dabbene y Eduardo se ocuparon ese dia en tomar las medidas sobre un croquis prévio, de manera que los carpinteros y herreros comenzáran inmediatamente á fabricar la armazón interna que debía sostener el cuero. Y así se hizo.

Al día siguiente, muy temprano, el Administrador del Jardín dictó las órdenes del caso y se dió comienzo á la autopsia, cuyo resultado viene luego, firmado por los señores M. González Herrera y M. Lecler, que han tenido la bondad de enviármelo. LA

NECROPSIA DE NEÁN
Buenos Ayres, Febrero 15 de 1893.


Señor Director del Jardín Zoológico, Dr. Eduardo L. Holmberg.

Palermo.

Como habíamos prometido á usted, tenemos el placer de comunicarle el resultado de nuestras investigaciones anátomo-patológicas de las piezas que al efecto llevamos al laboratorio de la Sociedad Rural.

Ante todo, debemos á usted las gracias por la honrosa confianza que nos dispensó, encargándonos de la autopsia de la Elefante, estudio en el cual teníamos verdadero interés, tanto bajo el punto de vista de la Anatomía Comparada, como de las enfermedades, aún desconocidas, que suelen sufrir estas grandes especies originarias de los bosques indianos.

Como usted recordará, 34 horas después de la muerte procedimos al estudio, siendo, las lesiones encontradas, de origen cadavérico en su mayor parte. El aparato digestivo se hallaba en un estado general de vacuidad, á excepción del estómago que contenía algunos alimentos que habian sufrido un principio de digestión y el colon replegado que parecía dilatado y contenía libremente algunos bolos fecales mezclados con gran cantidad de tierra, secos, y del volúmen de la cabeza de un niño.

A excepción del estómago y del ciego, las membranas digestivas tenian una coloracion oscura y eran el sitio de extensos enfisemas sub-mucosos de origen cadavérico.