ingresos á 600 millones, y hoy el Gobierno puede contar segura y fácilmente con 2.000.
Las grandes necesidades en el orden material de progreso, reconocidas en España como preferentes antes de 1833, eran adquirir agua y tener comunicaciones. Compárese su anterior situación con la que ambos elementos evidentes de prosperidad y riqueza tienen hoy, con los de antes de 1833. Existen hoy mas de 5.000 kilómetros de vías férreas en explotación, y más de 16.000 de tierra en uso, y no pocos aprovechamientos de aguas atienden á tan preferentes necesidades. Es pues indudable el progreso material, comparada época con época.
Por otra parte no es posible desconocer que eran evidentes obstáculos al desarrollo y prosperidad material de la propiedad la demasiada amortización de los mayorazgos en su antigua forma, los diezmos llamados eclesiásticos, á pesar de que en su mayor parte se percibían por el Estado ó por particulares, el excesivo número del clero, especialmente el regular, en cuyas manos muertas existia una no pequeña parte de territorios pingües y de gran porvenir: obstáculos todos reconocidos de antiguo, y que ya hablan sido objeto de no pocas reclamaciones, dirigidas á removerlos, unas veces por ilustrados patricios y otras por decisiones de las Cortes.
Pues bien, estos obstáculos han sido casi completamente removidos. Subdividida hoy la propiedad entre gran número de particulares, está dando por resultado un verdadero y efectivo aumento de riqueza para el Tesoro y para el pais, que ha hecho subir el valor de las fincas á una altura desconocida en épocas anteriores, por más que hubiera sido de desear se hubiera obtenido este resultado por medios más lentos y menos ocasionados á dolorosas agitaciones y trastornos.
Sin duda puede afirmarse que, digase lo que se quiera, en ninguna época anterior de la Monarquia, el Gobierno español pudo disponer de tantos recursos como posee actualmente.
Abrid la historia y hallareis perdidos los estados de Flandes y de Italia por falta de dinero; encontrareis que aquellos heroicos tercios, que vencieron en Mourg, á pocos dias de haber vencido, sublevados, reclamaban sus pagas y entraban tumultuosamente en Amberes, pidiendo solo pan. Escenas semejantes nos hicieron perder también las posesiones de Italia. Cotejad este estado con el que hace poco tenian nuestros soldados en la gloriosa campaña de África,