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QUE HOY SE FORMA DE ESPAÑA.

decia hermoso, me gustas mucho, y le regalaba una trenza de sus cabellos de tres piés de largo, que el poeta envia á su madre , encargándole se la conserve hasta su vuelta á Inglaterra. Esta dama de la trenza fué sin duda el fundamento real de la Inés de Childe-Harold y de la niña oji-negra que el lord encomia en una de sus canciones. Byron, con todo, por ser él tan gran poeta, y por estar más vivo entonces el entusiasmo por nuestra gloriosa guerra de la Independencia, es uno de los escritores extranjeros que nos es más favorable. Pero Byron y otros, que nos encomian como él, revisten el encomio de colores tan novelescos y le forman con rasgos tan absurdos, que para nuestra buena fama valdria más que no le hiciesen. Recuerdan el encomio que hizo Tomé Cecial de la hija de Sancho Panza [1]

Es causa principal de este linaje de alabanzas, de este modo churrigueresco de poetizarnos, una especie de convención tácita para que de España y sobre España se pueda mentir impunemente cuanto se quiera, con virtiendo nuestro país en un país fantástico, propio para servir de cuadro á lances raros, á hechos inauditos de jaques y rufianes, de frailes fanáticos, de hembras desaforadas y de bandidos hidalgos. La mayor parte de los viajeros que se proponen escribir y escriben sus impresiones sobre España, viene ya con el intento preconcebido de poner mucho color local en dichas impresiones, de que todo en ellas sean insólito y por muy diversa manera que en su país, y de que la obra vaya salpimentada de chistes ó exornada de mil inesperadas y maravillosas peripecias.

No digo yo que no haya habido viajeros juiciosos que hayan escrito sus relaciones de viaje por España con la imparcialidad debibida: citaré como ejemplo á M. Laborde. También ha habido otros,

como Ozanan, llenos de un verdadero y noble entusiasmo al contemplar los vestigios de nuestras pasadas glorias; pero lo más co-

  1. El encomio de la hermosura de las mujeres españolas, de las gaditanas sobre todo, ha sido hecho por muchos poetas extranjeros, empezando por Anacreonte; pero ninguno ha dicho de ellas tan insultante bufonada como la que contienen estos versos de Chil de Harold, canto I, estrofa 71:
    Much is the Virgin teased to shrive them free
    (Well do I ween the only virgin there)
    Fron crimes as numerous as hér beadsmen be.
    Conviene recordar esto á fin de no entusiasmarse ni agradecer á Byron las alabanzas que da á los héroes de la Independencia y el entusiasmo con que habla de the lovely girl of Cadiz, por quien desdeña á las ladies británicas.