INSIGNE PROEZA DE UNA CRIOLLA El
to aquella puerta fatal por la que no volverían á salir sinó para el destierro...
Mientras tenía lugar esta escena, el ejército in- glés había sido derrotado en toda la línea, perdien- do más de dos mil quinientos hombres entre mucr- tos. heridos y prisioneros, firmando una capitula- ción «ue deshonró al inexperto General Whitelocke.
«Al poco rato los doce ingleses...
Dib. de Fortuny.
Al día siguiente, hallándose Liniers en el salón del Fuerte recibiendo los plácemes y felicitaciones por la victoria obtenida, salió de pronto, de entre un grupo de pueblo que eoncurría también á la au- diencia popular de aquel día, Doña Martina Cés- pedes, quien cuadrándose marcialmente ante el Vi- Trey que se hallaba rodeado de su estado mayor, le dijo:
—Excelentísimo Señor...!