la PAGINAS INMORTALES
ron una carta que aparecía firmada por la consor- te y contenía noticias importantes para que se sal- vava esa fuerza patriota que iba á ser sorprendida en dicho Quiecamachai,
Al tomar declaración á la Bellido sobre su carta, hallaron que no hablaba el castellano y menos que podía escribirlo!!
Con este suceso acreció más el empeño de cono- cer el verrladero autor de la misiva que había da- do un aviso tan interesante á los patriotas y del que se había hecho un misterio en la ciudad, estan- do el secreto reducido á pocas personas.
La Bellido negóse tcrminantemente 4 hacer esta revelación y prefirió la muerte á la declaración de uy secreto que habría costado la vida al que vendió la confianza de los españoles, ecmprometicado qui zás á otroz muchos ve-jnos,
A la hora que se hubía señalado para su ejecu- ción si no declaraba quien era el verdadero autor de la carta, marchó al suplicio esta valerosa mujer de más de sesenta años, con una calma que aterró á los espectadores,
En ten preciso instante se le volvió 4 requerir para que confesara, salvando así su vida, pero la heróica Amlrea Bellido insistió en su negativa, re- eibicndo la muerte con admirable firmeza y lleván- dose 4 la tumba su secreto.
Santa y noble mujer! cuánta abaegación, cuán- to civismo habría en su alma por la sagrada cansa americana !
Qué ejemplo edificante de caYicter y entereza cívica!
