Página:Reusmann paginas inmortales.djvu/128

Esta página no ha sido corregida

134 PAGINAS INMORTALES

sobre la ribera del Marañón, Departamento de Ten- diMo, legó en 1821 una proclama de San Martín domanos de una sexagenaria, que á más de ser viu da era tá pobre que apenas con su teahajo per- sonal alcanzaba á cubrir sus necesidades,

Sin unbargo, hallándose esta humilde mujer en territorio dominado por lus aras españolas, 4 troscienías Jeruns de los libertadores del Perú, no vacila vs poner al General en Jefe del Ejército de los Amdes una expresiva carta en la que, después de desahogar su pecho en el vivo amor patrio en que sc abrasalra, le dice:

- Señor, sé que os faltan hombres y cabalga- Tengo un hijo único y cinco caballos, Cun estos y su trabajo me preporcionaba la subsisten- cia En adelanto, mientras vos libertáis á mi pa- tria de sus opresores, la buscaré yo, Ya va á em- prender el viaje para ponerlos eon su persona á vuestra disposición, Esta es la orden que lleva, y va resuelto á no descansar hasta encontraros. Áti- mitídlos. pues; empleadlos en el servicio de la Pa- tria, que es á cuanto aspiro,

A los diecisiete días de camino por sendas es- eusudas y fragosas, logró el joven comisionado presentarse en el Cuartel Ceneral del Libertador, que estaba entonees en Supe, pueblo situado trein- ta leguas al Norte de Fima.

Sau Martín, sin sospechar siquiera el objeto de tal presentación, le recibió con su acostumbrada afabilidad, pero cuando leyó la carta y supo la causa de su venida al campamento, aquel gran hombre se sintió profundamente conmovido por tan magno sacrificio, le abrazó con vehemencia, le