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FÁBULA II.
Píramo y Tisbe

Píramo y Tisbe eran vecinos, que se amaban tiernamente, á pesar de los impedimentos de sus parientes. Habiéndose dado una cita fuera de la ciudad de Babilonia cerca de un moral, en cuyo pie estaba el sepulcro de Nino, llegó Tisbe la primera, y vió una leona cerca de sí: escapóse muy asustada; y cayéndosela la toca, la mordió, y ensangrentó la leona. Llegó poco después Píramo al mismo lugar; y hallando el velo ensangrentado, creyó que su querida habia sido devorada, y se atravesó el pecho; así que espiró le vió Tisbe, y con la misma espada se dió la propia muerte. Desde entónces las moras, que eran blancas, se volvieron negras.