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502 RESEÑAS Y CRÍTICAS

bellas tardes de nuestras comarcas, que desembarcó en la playa de Buenos Aires un grupo de jóvenes alegres y gallardos; el uno se llamaba Zapiola, el otro Alvear y el otro San Martin.

"Notábase en la apostura de estos últimos ese aire marcial y esa mirada penetrante que sólo se adquiere en los campos de batalla y al calor de los combates; era que justamente venían de combatir en defensa de la libertad de la vieja patria, como si antes de co- menzar su carrera de argentinos, hubiesen querido pagar su deuda de origen hispano.

"Poco tiempo después, y ya la figura de San Martín aparece en las barrancas de San Lorenzo, á orillas del magestuoso Paraná, iluminando con los destellos de su espada vencedora el derrotero de futu- ras glorias, y probando que, si bravo había sido al combatir por la patria de sus abuelos, más bravo era aún combatiendo por la patria de su nacimiento.

"Poco tiempo después (oh! en aquella época no había vapores ni telégrafos, pero había genio y este volaba en alas de la gloria); poco tiempo después, repito, y esa misma figura reaparece radiante allá en la cima de los nevados Andes, señalando con su cer- tera mano á los valientes que le siguen el ancho ca- mino de todo un mundo á rcdimir.

"¿Con qué recursos del arte, con qué auxilios de