500 RESEÑAS Y CRÍTICAS
tricida dos partidos políticos en que se hallaba divi- dido el país. Uno de ellos ofreció el gobierno al ge- neral San Martín : éste, antes de aceptar la oferta, prefirió la expatriación. Desde entonces, ajeno á las agitaciones políticas de la América, aunque jamás á su gloria, terminaron en paz los años de nuestro ilustre compatriota, en el dulce regazo de su familia, donde halló un mundo más afectuoso y reconocido que aquél que le debió su independencia.
"Marinos de la República: Sois los primeros que conducís al través del Océano un bajel de nuestra armada, desde la Europa; él va cargado con el depó- sito más valioso que ninguno condujera al suelo ar- gentino.
"Grande es vuestra responsabilidad.
"Cuando lo entreguéis á nuestros compatriotas, os ruego unáis vuestros votos á los míos, para desear que mientras guardemos esas reliquias no se despier- ten en la República los odios y pasiones que tanto han retardado su engrandecimiento.
"Tal fué la ambición suprema y constante del ge- neral San Martín, ¿qué mejor culto podemos ofrecer á su memoria?
"Cuando sus cenizas reposen bajo las bóvedas de la Catedral de Buenos Aires, donde ellas faltaban para completar los trofeos de los más gloriosos días