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UN PUBLICISTA ARGENTINO EN EUROPA

embargo, la que dividía al señor Calvo de muchos en lo relativo á la ley personal porque el señor Calvo acepta y defiende el principio del origo, y nosotros los latino-americanos, aparte del valor teórico de la lex domicilii, no podemos lógicamente aceptar aquella otra doctrina. Para nosotros es, además, cuestión de legislación positiva, pues nuestros Códigos están basados en el principio de la ciudadanía natural, y siendo además naciones del porvenir y de inmigración, sería suicidarnos en el futuro permitir que los hijos de inmigrantes extranjeros, siguiendo la nacionalidad de sus padres, fueran también extranjeros; en un siglo, la América latina presentaría el extraño fenómeno de estar exclusivamente habitada por una población extranjera, y jamás sería posible constituir una nación seria. En los países de la Europa, habitados por pueblos fundidos en el crisol de determinadas nacionalidades por la obra de los siglos, es indudable que parece más conveniente y lógico el principio de la nacionalidad de origen, gracias al cual, además, tratan de conservar permanente influencia en las tierras lejanas á donde emigran en masa sus súbditos, adquiriendo así especies de colonias ultramarinas sin las cargas de las posesiones nacionales. Pero nosotros recién nos encontramos en el período de formación, época pasada hacen diez siglos para