tos noviazgos no han comenzado allí! Mucho podría revelar al respecto la histórica cazuela.
La Ópera, á pesar de ser más elegante y más cómodo como teatro, no puede competir con Colón, porque no hay número suficiente de familias para ello. Se ha hecho el asiento del drama y de la comedia italiana, puesto que ahora ha dado á los porteños el furor de ensalzar todo lo italiano.
La Alegría es el teatro clásico de esas venerables compañías "de la legua", que dan zarzuelas con esa sal gruesa, esas risotadas francas y esos chistes como balas de á ochenta, que tanto divierten á la gente criolla que allí asiste.
Variedades ha caído en completo descrédito, porque jamás ha tenido un empresario hábil, ni buenas compañías. El público aquí es loco por la ligera opereta ó el picante vaudeville francés, y lo demuestra protegiendo á ese teatro, aun cuando representen unos cuantos actores venidos de los cuatro vientos y unidos por casualidad, hasta que el cajero se fugue con la actriz más bonita y los deje con un palmo de narices.
El Politeama tiene su época de esplendor en el verano, cuando sus compañías de circo atraen concurrencia masculina. Los jóvenes que se precian de ser bien han dado en la costumbre de entrar á las caba-