su país. El mismo lo ha dicho : " sólo la deplorable
situación de nuestro país ha podido compelerme á
malgastar en rimas estériles la substancia del crá-
neo". Sus Consuelos produjeron profunda sensación 1
porque estaban al unísono con el estado del país,
desalentado, y en el dintel de la anarquía que lo sumió
en la barbarie 20 años. ¿Tuvo influencia literaria la
obra romántica de Echeverría ? ¿ Produjo acaso ver-
dadera renovación de escuelas y discusión de teo-
rías? El tiempo faltó para ello: la emigración y la lu-
cha constante contra la tiranía embargaron la activi-
dad de aquellas generaciones» y cuando los emigra-
dos, formados en el destierro, volvieron á su patria,
la tarea de la reconstrucción nacional absorbió de
nuevo toda su atención.
Por eso es que la generación de 1882 se apasionó de aquellos ideales, como si fueran verdaderas nove- dades.
Hasta nosotros habían llegado los libros france- ses, y eso lentamente, mientras que los españoles re- cién ahora logran penetrar, que en cuanto á los in- gleses ó italianos aún hoy día son relativamente es- casos. De ahí esa singular anomalía: ver á toda una generación en 1882 vivir de la vida intelectual de un país extraño en 1830, sin cuidarse de lo que pasó antes ni después, ni menos en los demás paí-