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UN LIBRO DE CANÉ

Al pié de la tribuna parlamentaria estaba el cuerpo de taquígrafos. Entre ellos y el resto de la sala existía un espacio por donde circulaba un mundo de diputados, ugieres, ordenanzas, etc.

En seguida, formando un anfiteatro en semicírculo, están los asientos de los diputados, con pequeñas calles de trecho en trecho. Cada diputado tiene un sillón rojo y en el respaldo del sillón que se encuentra adelante, hay una mesita saliente para colocar la carpeta en la que lleva sus papeles, apuntes, etc.

La derecha entonces, como hoy, era minoría ; el centro y la izquierda, la gran mayoría.

Frente al cuerpo de taquígrafos encontrábanse los asientos ministeriales y para los sub-secretarios de Estado.

Las fracciones parlamentarias, perfectamente organizadas, tienen sus espadas como sus soldados en lugares adecuados, los unos más cerca, los otros más alejados del medio. El primero con quien tropezaba al entrar por la puerta de la derecha, era... M. Paul de Cassagnac. El primero con quien se encontraba uno al entrar por la puerta de la izquierda, era el gran orador M. Clemenceau. El duelista de la derecha: M. de Cassagnac; el de la izquierda: M. Perrin.