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VI

Andando y llorando.

177 ¡Es ya la una? Sí. Han empezado los banquetes de los poderosos. El champagne ha disparado cien millones de tiros, de que es bala el tapón de corcho, sobre la frugalidad, que cae en tierra vencida y extenuada.

¿Hay hambre ahora sobre el mundo cristiano?

Es, entonces, que los cristianos han dejado de serlo. Porque Jesús mandó que esta noche el duro no fuese del que le tiene, sino del que le necesita.

¿Por cuánta cabeza adornada de diamantes burbujea ahora el champagne? ¿Cuántos labios descoloridos se tiñen de rojo por la influencia de la gula satisfecha?

Pues bien: ahora es cuando la madre de Gil Soplete sale para Polvoranca. ¡Qué frío hace! ¡Qué frío! La pobre mujer piensa en su hijo, y esta idea le produce en el corazón el calor de un horno... Se aleja... se aleja... Casas de Carabanchel Bajo, que visteis pasar a la pobre lavandera, decidnos su secreto: ¿reía o lloraba? Su pena, era tan grande que no tuviese remedio?

Y vosotros, dioses marciales del cuartel de San Gil, decidnos: ¿qué le pasaba entonces a Gil Soplete?

Gil Soplete se había dormido soñando con su RELACIONES.

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